Sensibilidad no celiaca al gluten – qué es?

CerealesUno puede hacer una reacción adversa al gluten aún sin tener enfermedad celiaca o sin haber desarrollado alergia al gluten. A esta condición se la llama convencionalmente sensibilidad no celiaca al gluten (NCGS, por su siglas en inglés), término fijado por la medicina recién el año 2012 (Catassi C et al, 2013).  El reconocimiento de la existencia de la  Sensibilidad No Celiaca al Gluten es un ejemplo interesante en la historia de la medicina contemporánea de una enfermedad emergente cuya identificación es el resultado de la intuición de los pacientes más que de investigaciones médicas. Esta vez los pacientes se anticiparon a los médicos (ouch!). Relatos anecdóticos de pacientes diagnosticados originalmente como portadores de Síndrome de Intestino Irritable que, por su propia iniciativa, descubrieron que sus síntomas mejoraban al consumir productos libres de gluten (Rostami K et al. 2012) y estadísticas de demanda que indican un consumo de productos libres de gluten (15 a 25% de la población) muy superior a la que podría esperarse por prevalencia de la enfermedad celiaca (1-2% de la población) (Sander DS et al, 2012) (Aziz I et al, 2012), mostraban a los médicos que la población había descubierto una nueva enfermedad.

El gluten es una proteína que se encuentra en abundancia en el trigo y en menor cantidad en otros cereales como centeno y cebada. Otras gramíneas como avena, arroz y quinua no contienen gluten (avena contiene una proteína llamada avenina que produce los mismos síntomas que el gluten en algunos celiacos). El trigo (sobre todo en su forma de harina) es uno de los alimentos básicos del ser humano, aunque su consumo per cápita es bastante más alto en las comunidades occidentales que en las asiáticas, donde mas bien el arroz es el que se consume en mayor cantidad. Por alguna razón, hasta ahora desconocida, el ser humano no ha desarrollado intolerancia al arroz pero sí al trigo (específicamente al gluten). Actualmente se reconocen tres variantes de enfermedades asociadas al consumo de gluten: 1) Enfermedad celiaca, 2) Alergia al gluten (mediada por IgE) y 3) Sensibilidad no celiaca al gluten. (Vriezinga SL et al, 2015)

La enfermedad celiaca es una enfermedad inflamatoria, crónica, autoinmune, permanente, que ocurre en personas genéticamente susceptibles, en quienes la exposición al gluten causa destrucción progresiva de las células epiteliales del intestino delgado proximal. La enfermedad se puede presentar con los síntomas clásicos de diarrea crónica y pérdida de peso o con síntomas menos típicos como talla baja, fatiga (sin causa aparente), molestias abdominales parecidas al síndrome de intestino irritable, osteoporosis, trastornos neurológicos, dermatitis herpetiforme (una dermatitis intensamente pruriginosa) o anemia. La enfermedad se puede detectar también en personas de ciertos grupos de riesgo, aparentemente asintomáticas. El criterio estándar para el diagnóstico de enfermedad celiaca es la demostración de cambios histológicos característicos en biopsia de duodeno, en presencia de anticuerpos anti-endomisio o anti-transglutaminasa en el suero. La enfermedad celiaca afecta al 1-2% de la población, aunque la prevalencia varía considerablemente en las diferentes regiones del mundo. El tratamiento de la enfermedad celiaca consiste en evitar de por vida alimentos que contienen gluten. La mejoría clínica es evidente al cabo de algunas semanas bajo esta dieta. (Green PH, 2007)

La alergia al gluten es una reacción de hipersensibilidad mediada por anticuerpos IgE y se manifiesta usualmente de manera abrupta, minutos o algunas horas después de ingerir gluten. Los síntomas pueden ser digestivos (vómitos, dolor abdominal, diarreas), cutáneos (urticaria con o sin angioedema) o respiratorios (broncoespasmo, laringoespasmo) y, en casos severos, anafilaxis. Las lesiones intestinales no son permanentes ni de carácter inflamatorio. Se diagnostica mediante pruebas cutáneas y/o detección en suero de títulos elevados de anticuerpos tipo IgE específicos contra la fracción no soluble de gliadina, un componente del gluten. (Meijer CR et al, 2015)

NCGS síntomasLa sensibilidad no celiaca al gluten se define como una reacción adversa al gluten sin evidencia de enfermedad celiaca o alergia al gluten. Es bastante más común que las otras dos condiciones y se presenta con un espectro de síntomas intestinales o extraintestinales similar a la enfermedad celiaca o al síndrome de intestino irritable (ver tabla). No se dispone aún de un marcador diagnóstico confiable por lo que la confirmación de la enfermedad se hace primero excluyendo las otras dos enfermedades y luego comprobando que los síntomas desaparecen al eliminar el gluten de la dieta y reaparecen al reintroducirlo. Para evitar interpretaciones subjetivas, esta prueba de eliminación-reto debe hacerse en forma de doble-ciego controlado con placebo. (Sapone A et al, 2012)

No todos los expertos aceptan la existencia de la sensibilidad no celiaca al gluten y muchos disputan los modelos fisiopatólogicos que se han propuesto para explicar su existencia. Si tienen razón o no, el tiempo lo dirá. Mientras tanto, los pacientes seguirán su instinto, harán sus experimentos personales, sacarán sus propias conclusiones y harán lo que sienten que les hace bien…a pesar de los médicos.

(13-71) Inmunología de la mucosa intestinal en salud y enfermedad (video animado)

En su número de enero 2013, la revista Nature Immunology presenta un video animado que muestra de manera sencilla toda la complejidad de la respuesta inmune del intestino frente a los microorganismos y los alimentos. La mucosa intestinal está constantemente expuesta a microorganismos comensales, microorganismos patógenos, partículas de alimentos y una diversidad de otras partículas que ingerimos a diario. El sistema inmune del intestino tiene que aprender a distinguir los antígenos que debe tolerar de aquellos que debe rechazar. Esta tarea no siempre se hace sin errores, lo que da origen a enfermedades crónicas como la enfermedad inflamatoria intestinal, la enfermedad celiaca y la alergia alimentaria, entre otras. Este video está bien hecho y dura sólo 6 minutos. Demora un poco para cargar pero vale la pena la espera. Sírvase una copa de vino o de alguna otra bebida de su preferencia (o agua, si es abstemio o tiene deficiencia de aldehida deshidrogenasa) y vea este video haciendo clic aquí.

Exámenes que se hacen en GastroLab relevantes a este artículo:

  1. Despistaje de alergias tipo IgE
  2. EDN (neurotoxina derivada del eosionófilo) fecal
  3. Alpha-1 antitripsina fecal
  4. Despistaje de enfermedad celiaca
  5. ASCA IgA+IgG Combi – Enfermedad de Crohn

 

 

 

 

(13-69) Permeabilidad intestinal y neurotoxina derivada de eosinófilos (EDN): ¿Ayuda para el diagnóstico de alergia a proteína de leche de vaca en lactantes?

Los síntomas más frecuentes de Alergia a Proteína de Leche de Vaca (APLV) son  gastrointestinales. El mecanismo inmunológico que ocasiona el desarrollo de APLV aún no está claro; se sabe que puede ocurrir mediante anticuerpos (mayormente de la clase IgE) o por activación de células del sistema inmune (principalmente Th2 y Eosinófilos) (ref). El diagnóstico de esta condición se inicia con la sospecha  clínica que dan los síntomas y se confirma mediante dieta de eliminación por 2 a 4 semanas (exclusión de proteína de leche de vaca), con desaparición de los síntomas, seguida por un reto oral (re-exposición) y reaparición de los síntomas (ref). Continue reading “(13-69) Permeabilidad intestinal y neurotoxina derivada de eosinófilos (EDN): ¿Ayuda para el diagnóstico de alergia a proteína de leche de vaca en lactantes?”

(11-40) Una evaluación hecha de manera sistemática puede identificar por lo menos un resultado anormal que podría ser la causa del dolor en la mayoría de niños con dolor abdominal recurrente

Investigadores de tres centros médicos no académicos de Holanda evaluaron de manera consecutiva 220 niños de 4 a 16 años de edad con dolor abdominal recurrente (RAP) que fueron referidos por sus médicos primarios para indagar la causa del dolor. Los pacientes fueron evaluados sistemáticamente siguiendo en todos ellos un protocolo que incluía una historia clínica estándar para caracterizar el dolor y los síntomas concomitantes, examen físico y una serie de exámenes auxiliares. Los exámenes incluyeron hemograma completo, velocidad de sedimentación, perfil renal y hepático, amilasa, calcio, fósforo, albúmina, IgE total, RAST con un panel de 6 alérgenos alimentarios, IgA total, anticuerpos de enfermedad celiaca, examen completo de orina, cultivo de orina, serología para Helicobacter, serología para Yersinia (inmunoblot), cultivo de heces, examen parasitológico de heces (incluyendo tinción de Kinyoun), antígeno fecal de Giardia por ELISA, antígeno fecal de Helicobacter por ELISA, prueba de hidrógeno en aliento con lactosa y fructosa, ecografía abdominal y radiografía simple de abdomen. Otros exámenes  como endoscopía, serie de esófago-estómago-duodeno con contraste y pHmetría esofágica de 24 horas se hicieron sólo en casos seleccionados, si se consideraba necesario. El promedio de edad de inicio del dolor fue 6 años y el promedio de tiempo de enfermedad con RAP fue 2.6 años (20% de los niños tenían dolor por al menos 5 años). Dos de cada tres (66%) de los pacientes tenían dolor 4 a 7 días a la semana, 54% habían sido despertados por el dolor en la noche al menos una vez y 15% habían perdido al menos un día de clases en la escuela a la semana. En poco menos de la mitad (46%) de los pacientes el dolor disminuía después de la defecación. Todos los niños tenían un peso y talla normales para la edad. En 11% había distensión abdominal, en 57% el abdomen estaba lleno o se palpaba el colon y en 26% el recto estaba ocupado al tacto rectal. Los exámenes dieron algún resultado positivo que podría ser la causa del dolor en 88% de los pacientes. Se encontró protozoarios, principalmente Dientamoeba fragilis, en 33%, Yersinia enterocolitica  en 12% e infección por H. pylori en 11%. La radiografía simple de abdomen mostró signos de constipación en 36%. Los autores concluyen que un enfoque sistemático como el que utilizaron con estos pacientes permite identificar al menos un resultado anormal que podría ser la causa orgánica del dolor abdominal recurrente en un alto porcentaje de pacientes que debería tomarse en cuenta antes de etiquetarlos como portadores de dolor abdominal funcional según los criterios de Roma. (ref)

(11-32) La composición de la microbiota intestinal afecta la permeabilidad de la mucosa intestinal y podría tomar parte en la patogénesis de la enfermedad celiaca en sus etapas tempranas, según un estudio experimental

Con la finalidad de averiguar si la presencia de bacterias en el intestino tienen o no que ver en la patogénesis del proceso inflamatorio crónico de la enfermedad celiaca,
investigadores de República Checa y España hicieron un estudio experimental que evaluó la integridad de la mucosa intestinal cuando ésta se expone a proteínas de gluten de trigo (gliadinas) en presencia de bacterias. Los cambios en la integridad de la mucosa intestinal se evaluaron en ratas endogámicas Wistar-AVN criadas en asepsia completa desde su nacimiento. Asas intestinales de estos animales se expusieron en combinaciones diversas a fragmentos de gliadina, interferón gamma (IFN-γ, una citoquina proinflamatoria reconocida como agente disparador de enfermedad celiaca) y bacterias  intestinales patógenas (Escherichia coli o Shigella, aisladas de pacientes con enfermedad celiaca) o de la flora normal (bifidobacterias, aisladas de niños sanos). Se examinó la histología intestinal con microscopía de luz, microscopía electrónica de barrido e inmunofluorescencia. Se midió la translocación de gliadina, producción de citoquinas y adherencia in vitro de bacterias en células epiteliales IEC-6 de rata. Se encontró que fragmentos de gliadina, sólo o junto con IFN-γ, disminuyó significativamente la población de células caliciformes (goblet cells) en el intestino delgado, siendo este efecto más pronunciado en presencia de E. coli (cepa CLB2) y Shigella (cepa CBD8). La combinación Shigella CBD8–IFN-γ indujo la secreción de mucina más alta y la lesión más severa de las uniones intercelulares y, consecuentemente, la translocación de fragmentos de gliadina hacia la lámina propia. Shigella CBD8 y E. coli CBL2 se adhirieron firmemente a las células epiteliales IEC-6. El número de células caliciformes se incrementó cuando el intestino se incubó simultáneamente en  Bifidobacterium bifidum (IATA-ES2) con gliadina, IFN-γ y una enterobacteria patógena. B. bifidum también incrementó la producción de factores quimotácticos e inhibidores de metaloproteinasas, que contribuyen en la protección de la mucosa intestinal. Estos resultados sugieren que la composición de la microbiota intestinal y la presencia o ausencia de bacterias específicas pueden jugar un rol en la patogénesis de la enfermedad celiaca. (ref)

(11-5) Intolerancia al gluten sin enfermedad celiaca

Investigadores de Australia llevaron a cabo un ensayo clínico controlado para determinar si la ingestión de gluten puede inducir síntomas gastrointestinales en individuos no celiacos. Los participantes en este estudio, todos ellos adultos con síndrome de intestino irritable en quienes se había excluido enfermedad celiaca, fueron asignados aleatoriamente para recibir gluten o placebo en la forma de dos tajadas de pan todos los días por seis semanas. Se evaluaron los síntomas utilizando una escala visual análoga (VAS) y se midieron marcadores de inflamación intestinal y desarrollo de anticuerpos anti-gliadina en todos los participantes. Un total de 34 pacientes completaron el estudio. Trece (68%) de los 19 pacientes en el grupo con gluten y seis (40%) de los 15 pacientes en el grupo placebo reportaron tener síntomas gastrointestinales (P=0.0001). Los síntomas reportados fueron dolor abdominal, aumento de volumen del abdomen, deposiciones sueltas y sensación de cansancio. No hubo cambios significativos en lactoferrina fecal, nivel sérico de anticuerpos de enfermedad celiaca, proteína C reactiva, o permeabilidad intestinal. Los autores concluyen que existe intolerancia al gluten en sujetos no celiacos aunque no se conoce el mecanismo. (ref)

(11-3) Obesidad en niños con enfermedad celiaca

En un estudio retrospectivo de 143 niños con enfermedad celiaca diagnosticados entre 1986 y 2003 en el Hospital de Niños de Wisconsin, Milwaukee, USA, se encontraron 7 (5%) cuyo Indice de Masa Corporal (IMC) fue > 95th percentil al momento del diagnóstico (ref). Los síntomas de presentación de la enfermedad celiaca en este grupo de niños fueron dolor abdominal, diabetes y diarrea. Con dieta libre de gluten los síntomas mejoraron en todos los niños, el IMC disminuyó en 4 de ellos (50%) y aumentó en 2 (25%). Uno de los pacientes no regresó para evaluación. Los autores concluyen que la obesidad en niños con enfermedad celiaca es más común de lo que se cree y recomiendan que esta enfermedad debe buscarse aún en niños obesos, si el cuadro clínico lo sugiere.