PERLAS: 003 – Atresia de vías biliares

BilirrubinaSe puede predecir desde el nacimiento qué paciente puede desarrollar atresia de vías biliares? El diagnóstico temprano de la atresia de vías biliares y su subsecuente corrección quirúrgica (antes de los 30-45 días de edad), se asocia a una sobrevida más prolongada del hígado original y una menor necesidad de trasplante hepático. Se han estudiado dos métodos de tamizado aplicables desde el momento de nacimiento para detectar aquellos que pueden desarrollar esta enfermedad: 1) Una tarjeta de referencia para los padres mostrando deposiciones de diferentes colores que les ayuda a identificar tempranamente heces acólicas; la sensibilidad de este método es de 83%. 2) La medición de la bilirrubina directa (conjugada) dentro de las primeras 60 horas de nacido; si el valor obtenido es mayor al valor de referencia del laboratorio que hace el examen (generalmente de 0.00 a 0.3 mg/dL), se repite la medición a los 10-14 días. Se considera positivo si el nuevo valor está más elevado que el anterior. Este método tiene una sensibilidad de 100%, especificidad de 99.9% y valor predictivo positivo de 33.3% para detectar atresia de vías biliares precozmente.

Sokol RJ, et al. Screening and outcomes in biliary atresia: summary of a National Institutes of Health workshop. Hepatology 2007;46:566-81 (PubMed 17661405).

Hsiao CH, et al. Universal screening for biliary atresia using an infant stool color card in Taiwan. Hepatology 2008;47:1233-40 (PubMed 18306391).

Harpavat S, et al. Patients with biliary atresia have elevated direct/conjugated bilirubin levels shortly after birth. Pediatrics 2011;128:e1428-33 (PubMed 22106076)

Añadido: 15.12.2014

(12-66) ¿Podría diagnosticarse precozmente atresia de vías biliares en neonatos a través de exámenes serológicos?

La atresia de vías biliares (AVB) es una enfermedad poco frecuente pero grave, que afecta a neonatos y lactantes. Se presenta aproximadamente en 5-32/100,000 nacidos vivos y es más común en el sexo femenino (ref). El retraso en el diagnóstico es un problema en todo el mundo y no ha variado mucho en las últimas tres décadas (ref). La detección precoz para realizar una intervención quirúrgica temprana (procedimiento de Kasai) se correlaciona con un buen pronóstico a largo plazo y viceversa (ref) (ref). No existen aun métodos diagnósticos no invasivos validados que permitan identificar con certeza a los niños que padecen AVB. Actualmente, el diagnóstico definitivo requiere colangiografía y biopsia hepática. La colangiografía por laparoscopia es un procedimiento sencillo; sin embargo, es invasivo y requiere un equipo experimentado no siempre disponible (ref).

Zai Song et al del Department of Pediatric Surgery, Children’s Hospital of Fudan University, Shanghai, China, evaluaron el valor diagnóstico de exámenes en sangre que faciliten la diferenciación entre AVB y otras enfermedades colestásicas en el neonato (ref). Los avances recientes en proteómica (estudio a gran escala de las proteínas, en particular su estructura y función) (ref) permiten descubrir biomarcadores en fluidos biológicos incluyendo el suero. Los investigadores utilizaron la tecnología SELDI-TOF-MS (Espectrometría de Masas en “Tiempo de Vuelo” mediante Desorción – Ionización por Láser de Superficie, una técnica de proteómica que analiza mezclas complejas de proteínas) para identificar potenciales patrones proteicos específicos de AVB; luego purificaron los biomarcadores proteicos candidatos utilizando HPLC (Cromatografía Líquida de Alta Resolución) y se cuantificaron por ELISA.

El estudio: Los investigadores obtuvieron muestras séricas de 42 bebés con AVB (antes del tratamiento quirúrgico), 38 bebés con colestasis neonatal por otras causas (No-AVB) y 36 controles sanos (HC). Los niños con AVB y colestasis neonatal No-AVB tenían diagnóstico confirmado por anatomía patológica. Los grupos fueron similares en edad y sexo. Se dividieron aleatoriamente en grupo de ensayo (22AVB, 20 No-AVB y 20 HC) y grupo de prueba (20 AVB, 18 no-AVB y 16 HC). Las muestras del grupo de ensayo se procesaron para identificar patrones proteicos específicos por SELDI-TOF-MS y las muestras del grupo de prueba para validar el modelo utilizado. Se identificaron y purificaron los biomarcadores proteicos, luego se estableció la sensibilidad (probabilidad de predecir AVB), especificidad (probabilidad de descartar AVB y el valor predictivo positivo de cada marcador.

Los resultados: Se encontraron 21 picos de proteínas regulados positivamente (concentración incrementada respecto a los grupos control) y 4 regulados negativamente (concentración disminuida respecto a los grupos control) en el grupo con AVB. Se seleccionaron dos potenciales marcadores proteicos, los cuales combinados tenían una sensibilidad de 95% y especificidad de 93%: Apo-CII (componente proteico de lipoproteínas de muy baja densidad y quilomicrones) y Apo-CIII (componente proteico de lipoproteínas de extremada baja densidad). Los niveles de Apo-CII fueron significativamente menores en AVB comparado a controles sanos y significativamente mayores respecto a colestasis neonatal No-AVB (AVB: 67.55±3.53, No-AVB: 59.83±4.96, HC: 99.32±9.07 ng/mL, p<0.05). Los niveles de Apo-CIII fueron significativamente mayores en AVB comparado a controles sanos y colestasis No-AVB (AVB: 1113±87.71, No-AVB: 703.4±67.82, HC: 786.5±75.0 ng/mL, p<0.05).

Las implicancias: Al estar en contacto con todos los tejidos, la sangre refleja el estado fisiológico y patológico del organismo. Los cambios séricos se producen antes que aparezcan síntomas clínicos y tienen valor para un diagnóstico precoz. El estudio sugiere que Apo-CII y Apo-CIII son buenos candidatos como biomarcadores para el diagnóstico de atresia de vías biliares y ambos pueden ser detectados y cuantificados por ELISA. Aunque dos estudios previos también identificaron Apo-CII como marcador de AVB (ref) (ref), el estudio que resumimos aquí es el primero que identifica Apo C-III como otro posible biomarcador de AVB. Si bien se requieren estudios adicionales confirmatorios con mayor número de población y en bebés con colestasis que aún no tengan diagnóstico etiológico, son hallazgos importantes con potencial aplicación clínica a futuro. No olvidemos que si un bebé presenta ictericia que persiste después de las 2 semanas de vida es indispensable determinar rápidamente si se trata de hiperbilirrubinemia directa o indirecta. Identificar a los bebés con colestasis (hiperbilirrubinemia directa) permite no retrasar el diagnóstico de AVB, con el método que esté disponible en el momento.